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Mueblería Riat: Una historia que lleva 72 años de vida y hoy llega a su fin

Abrió sus puertas en el año 1952, y luego de más de tres décadas fabricando muebles de calidad, cierra sus puertas y pone a la venta sus últimas piezas,  fabricadas por los hermanos Omar y Luis Riat. Está ubicada en calle San Martín N° 1031.  Un ícono de nuestra ciudad.

14/09/2024
Mueblería Riat: Una historia que lleva 72 años de vida y hoy llega a su fin

Hoy compartimos una entrevista especial de EL ORDEN,, con el señor Omar Riat, quien junto a su hermano Luis, han llevado adelante la emblemática MUEBLERÍA RIAT de Coronel Pringles, un negocio que abrió sus puertas en 1952,  y hoy,  transcurridos 72 años se despide.

Tras décadas fabricando muebles de calidad, la mueblería cierra sus puertas y pone a la venta sus últimas piezas, todas fabricadas por ellos mismos.

Ubicada en San Martín 1031, Mueblería Riat ha sido parte de la historia de muchos hogares pringlenses.

 

  Hablar de Mueblería Riat, es hablar de otro de los íconos de nuestra ciudad, que nos remonta a los orígenes, hacia el año 1860, cuando la familia Riat llega a Argentina, desde la aldea suiza de la que eran originarios.

Para ubicarnos en espacio y tiempo, y recordar su  historia de vida, la cámara de Quique Laborde, para  EL ORDEN y María Rosa Luna, se acercó hasta el lugar, donde Omar Riat, con sus 92 años,  se encontraba en pleno trabajo, cortando la gran cantidad de madera, que el  local aún cuenta.

 Consultado al respecto, remarcó: “Acá se diseñaron muebles no solo para Pringles sino también para la zona, en Suárez, La Madrid, Bahía Blanca, Laprida”.

“El taller no siempre funcionó acá, sino en esta misma calle, pero  enfrente. Tenemos aún mucha madera, porque hemos ido acumulando por los vaivenes del sistema económico argentino, por la inflación y había que proveerse, tener un stock”.

“Al principio, con mi hermano íbamos preparando los mueble y los íbamos armando. Después  ocupamos un empleado”, señaló mostrando las máquinas que todavía utiliza, como una sierra sinfín, la cepilladora,  una lijadora,  un torno copiador a plantilla, (para perchas de madera, muchas están hoy a la venta),   una armadora de puertas antigua, que perteneció a la empresa Crucci y que todavía se usa, no puertas, porque los tiempos cambiaron”.

    Explicó además: “En otra época hicimos toda la carpintería en la sede del Club Alem. A este lugar vinimos en 1956, y lo fuimos ampliando de a poco, Se trabajaba casi todas las maderas, como pino, cedro, roble… El oficio lo aprendí en la mueblería de Bontempo. A los 14 años empecé a trabajar allí, En una época, trabajábamos en el campo, donde estaba mi hermano de encargado,”

 

  En otro momento de la nota, ya en el salón de venta de la mueblería y al ser consultado  por el mobiliario  que se está liquidando, expresó. “Hay de todo, mesas extensibles de nogal tucumano,  variedad de sillas, cómodas, camas, mesas de luz,  perchas valet de buena madera, aparadores, sillas, bancos,  hasta cuadros, pintados por su hermana, Aurora Riat.  Todo está a la venta, el que quiera a aprovechar que se acerque. Todo está fabricado por nosotros. Acá estoy a la mañana, desde las 9  a 12 horas,  y a la tarde, desde las 15:30  a 19.30 horas. si vienen después de ese horario, pueden tocar el timbre porque gente siempre hay”

“Siempre se trató de hacer todo, lo mejor posible, un buen producto. Siempre tratamos que nadie venga a reclamarnos nada”

  Ante la pregunta, qué significaba para él, vender todo, bajar la persiana, después de tantos años, con un dejo de nostalgia y emoción  respondió: “Significa empezar a desaparecer de a poco, pero esto es muy valioso… ” y lo dejamos ahí, porque esa respuesta nos partió el alma, al mirar su rostro y sus ojos velados, que hicieron que los nuestros también brotaran lágrimas.

 Gracias Omar por recibirnos, darnos la nota y mostrarnos las bellezas realizadas a los largo de estos 72 años.

Un ser que deja traslucir, su bondad, su bohemia, y  lo que es más importante, es una muy buena persona. ¡Gracias!

 

Historial

 En esta nota no podían faltar los orígenes de la familia Riat, que se encuentran en los Archivos de Diario  El Orden, y que  hoy merecían ser rescatados y recordados:

   Los primeros inmigrantes  en llegar a nuestros lares, fueron Francisco, Javier y Santiago Riat, que se instalaron en Buenos Aires, ciudad que debieron abandonar después de la epidemia de fiebre amarilla, que se llevó a Santiago.    Los recuerdos familiares los ubican más adelante al frente de un almacén de Ramos Generales, "La Suiza", en algún lugar entre Balcarce y Tandil. Pocos años después compraron dos leguas de campo en lo que todavía no era el Partido de Coronel Pringles y edificaron la primera casa de familia: 'La Helvecia', que todavía conserva la fecha: 1879.


Los hermanos Luis y Omasr

 Tuvieron una numerosa descendencia,  de la que los hermanos Luis y Omar, que hoy nos ocupan, herederos de aquellos pioneros, juntos forjaron y mantuvieron a través de décadas su carpintería y fábrica de muebles.

La legendaria mueblería Jaitín, promediando la década del '40, pertenecía a la sociedad Bontempo -Riat, este último tío de ambos. Allí iniciaron la actividad, tal como se usaba entonces, con aprendices.

Luís, con 15 años, ingresó el 19 de noviembre de 1945 y su hermano Omar, con 14 años,  el 13 de junio de 1946.
Jaitín era la mueblería muy prestigiosa, que había traído en su momento ebanistas de España e Italia y que formaron a nuevas generaciones de

carpinteros.
   Esta etapa se vio interrumpida por el Servicio Militar, pero cuando Omar regresa en octubre de 1952, ya estaba empezando a funcionar su propia empresa, en el local de calle San Martín 1025, que pertenecía a su cuñado, Omar Sorrivas.

Así inmediatamente, a través de un crédito bancario, construyen su local propio y la vivienda, en el terreno contiguo, en San Martín 1039.

 De esos primeros años recuerda dos trabajos importantes que se les encargó: bancos para la Iglesia Santa Rosa de Lima, que les había encargado el Padre Pedro Amirin, antes de fallecer, en mayo de 1953, y que entregaron al año siguiente, y la puerta de la sede social del Club Alem, inaugurada en 1955. Este fue el año en que comenzaron a trabajar en la carpintería propia.

  En los primeros años se ocupaban de hacer carpintería de obra, pero los altibajos económicos de nuestro país, hicieron que fuera muy difícil mantener los pecios acordados, por lo que cada vez más, a partir de la década de 1970 se dedicaron a la fabricación de muebles. Recuerdan como uno de los peores momentos que tuvieron que atravesar: 'el Rodrigazo', en 1975.

   En el año 2000 se deciden a abrir el local de exposición de muebles, para exhibir la mercadería que habían logrado acopiar, lo que les permitió sortear la crisis que sobrevendría, sin inversiones de importancia..

Hoy, todo el sacrificio y fruto de su trabajo, llegó a su etapa final. Todo lo producido está a la venta, como una forma de ir “desapareciendo de a poco”, como lo señaló Omar Riat. Una frase que llega muy hondo.

                                                                            María Angélica Cejas

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